domingo, 30 de diciembre de 2012

Navidad...SECRETOS PARA CRECER EN NAZARET



Las palabras con las que termina el Evangelio de la misa de hoy, dia de la Sagrada Familia, describen brevemente lo que hizo Jesús en el hogar de José y María: "Jesús crecía". En su familia Jesús crece: primero en las entrañas de María, luego en la oscuridad de Belén, después en la normalidad de Nazaret. La Sagrada Familia es el ámbito en que Jesús se desarrolla en sabiduría y gracia, el ámbito donde Jesús desarrolla todos sus dones humanos y todos sus dones divinos. La experiencia de la familia de Nazaret es de una plena compenetración con la vida humana. Así, en ella, Jesús aprendió las palabras de los hombres, las relaciones familiares, la experiencia de la amistad y de la conflictividad, de la salud y de la enfermedad, de la alegría y del dolor. La familia de Jesús hace que cada cosa que se vive, pueda convertirse en un lenguaje con el cual Dios habla y en el cual a Dios se le escucha. Es en la sencillez de Belén y Nazaret donde se produce el don del amor mismo de Dios, es en la vida sencilla de José y María donde Jesús aprende a descubrir el rostro paterno de Dios. Jesús, como palabra de Dios, nos hablará en esas realidades que el mismo había vivido antes. El evangelio muestra paso a paso, como Jesús, la Palabra que viene de lo alto, el Hijo del Padre, asume nuestra humanidad: se hace niño, crece como un muchacho en una familia, vive la experiencia de la religiosidad y de la ley, participa en la vida cotidiana marcada por los días de trabajo, el descanso del sábado, el calendario de las fiestas. Jesús vive en una familia marcada por la espiritualidad judía de fidelidad a la ley, que se convertirá en el marco de referencia de su encuentro con Dios durante toda su vida. Jesús vive en una familia marcada por la espiritualidad judía de fidelidad a la ley, que se convertirá en el marco de referencia de encuentro con Dios durante toda su vida.Desde el principio, tendrá que experimentar el misterio del rechazo por parte de los seres humanos y aprender a ser humano tocando nuestra miseria. El estilo de la familia de Nazaret es no dejar de lado la realidad de la vida, con su cara no siempre agradable, pero, enfrentada al mismo tiempo, con una profunda confianza en Dios, rasgo que, por otro lado, caracteriza de modo especial tanto a José y a María como a los personajes que aparecen en su entorno: los pastores, los sabios de oriente, Simeón y Ana que lo encuentran en el templo. 
Jesús no crece en el poder y en la riqueza, en la abundancia y en el aplauso. El «hijo del Altísimo» hace la experiencia de la fragilidad y de la pobreza, rasgos normales de la vida de Israel en su época, pues el estilo de la familia de Nazaret es el de la humildad y el ocultamiento, es decir, el estilo de la mayoría de los seres humanos. La familia de Jesús vive su estilo propio en su contexto histórico concreto, sufre las vicisitudes económicas, políticas, sociales de la época en la que se encuentra. Jesús vive a fondo su realidad histórica. Nada nos hace ver que la familia de Nazaret se excluya de su ambiente, y, al mismo tiempo, nos queda claro que la familia de Nazaret vive su identidad propia en medio de ese ambiente. Eso hace especialmente sagrada a la familia de Jesús.

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